Científicos españoles han demostrado que durante el sueño, la mente humana solo cimienta los conjuntos de recuerdos fuertemente asociados, bien por su proximidad temática o por su proximidad temporal. Recientemente, un equipo de investigadores del Reino Unido ha publicado un estudio en la revista Neuron en el que se observa en el cerebro de ratones un proceso fisiológico de limpieza de las conexiones neuronales que explica el mantenimiento de la memoria.
Durante el día, el aprendizaje y la percepción sensorial crean o modifican conexiones neuronales que forman la base de los recuerdos. Los investigadores midieron en ratones la actividad de sus conexiones neuronales durante la fase del sueño que no es REM, conocida como sueño de ondas lentas. Se detectó que la se reforzaban aquellas conexiones neuronales de los grupos de neuronas que se reactivan juntas, siguiendo el patrón de las conexiones activadas durante la vigilia. Explicado de otro modo, el cerebro descarta las conexiones más débiles para asegurar que se consolidan los recuerdos más fuertes. Así lo explica la autora principal del estudio, Ana González-Rueda, del Laboratorio de Biología Molecular del Consejo de Investigación Médica de Cambridge.
Ana González-Rueda compara a las neuronas con ciudades, haciendo la siguiente similitud: “si se necesita una gran transmisión de información entre dos ciudades, por ejemplo si hubiese mucho comercio, se tienen que hacer unas autopistas más grandes”. Esto es exactamente lo que sucede de forma natural, cuando una “autopista” de conexiones neuronales tiene mucho tráfico —es decir, cuando se activan a menudo y en secuencia las neuronas encadenadas— pero solo en la mente despierta.
Las conexiones neuronales están programadas para debilitarse en la fase del sueño que no es REM, conocida como sueño de ondas lentas, limpiando el cerebro de información accesoria para evitar la saturación. Sin embargo, durante los picos periódicos de actividad neuronal, el proceso de limpieza se detiene en los grupos de neuronas que se reactivan a la vez debido a que formaron vínculos fuertes durante el día.
Pese a que todavía es difícil saber si los procesos neurofisiológicos estudiados en ratones bajo anestesia se pueden aplicar en personas con un proceso de sueño natural, los resultados de esta investigación aportan una información muy importante. Por ahora, los investigadores de esta prueba no saben a qué recuerdos concretos se asocia la actividad neuronal que han medido, pero en estudios futuros podrían aislar partes físicas de la memoria.
Fuente: El País
