Existe una relación entre el sueño y la ingesta de alcohol. Eso se desprende de un estudio realizado por los doctores Irshaad Ebrahim del Centro del sueño de Londres y Chris Idzokowski del centro del sueño de Edimburgo.
El sueño está apoyado por ciclos naturales de la actividad del cerebro y se compone de dos fases:
- El sueño de ondas cortas SWS o fase N REM (sueño de ondas lentas) que es un sueño profundo
- El sueño en fase REM, (o movimiento rápido de los ojos)
Se ha demostrado que el alcohol reduce el tiempo que propicia el quedarnos dormidos, incrementando de este modo la primera fase del sueño (SWS) y reduciendo la fase de sueño REM. En todas las dosis de alcohol se produce una reducción en la latencia del inicio del sueño, es decir, se facilita la fase SWS. El sueño llega antes, pero se produce un aumento de las alteraciones del sueño en la segunda mitad del sueño. A mayor dosis, es mayor la alteración en el sueño en fase REM. Aunque hay personas con insomnio que utilizan el alcohol como ayuda para dormir, esto no es una buena idea debido a que afectará a la calidad del descanso durante toda la noche.
Los efectos del alcohol en fase REM están más relacionados con la dosis de alcohol consumido. A dosis bajas o moderadas no hay efectos en el sueño de ondas REM, en la primera mitad de la noche, pero en dosis mayores, la reducción del sueño REM en la primera fase del sueño puede ser importante. En la fase REM nuestro cerebro está más activo, en esta fase nuestra memoria fija sucesos aprendidos y además el cuerpo trata de restaurar células. La falta de sueño REM puede tener un efecto perjudicial sobre las habilidades motoras, la concentración y la memoria. Según el Doctor Irshaad Ebrahim, existe una hipótesis que consiste en que el alcohol actúa como los antidepresivos o los ansiolíticos, suprimiendo o disminuyendo el sueño REM. Algunos estudios realizados en pacientes con depresión han identificado que los pacientes no tratados con antidepresivos tenían un sueño REM excesivo, sobre todo en la parte temprana de la noche, mientras que en pacientes tratados con fármacos, la fase REM disminuye o desaparece.
La conclusión parece ser que aunque a corto plazo el consumo de alcohol pueda dar la impresión de mejorar el sueño, nunca debe ser usado como una ayuda para dormir, debido a que no es útil para mejorar el sueño de una noche entera, resultado por contra menos reparador. Inicialmente, el alcohol predispone a conciliar antes el sueño pero luego altera la calidad del mismo, pudiendo aparecer ronquidos y adquiriendo una respiración pobre. Si quieres dormir de forma saludable y encontrarte descansado al día siguiente, no tomes demasiado alcohol.