La pasada noche entre el sábado y el domingo cambió la hora en España. Dormimos una hora más, pero aún así, algunos se sienten apáticos e incluso más cansados. Existen estudios que indican que 1 hora de sueño más o 1 hora menos, pueden marcar una gran diferencia en distintos aspectos de la vida. En lo que a cansancio se refiere el peor de los cambios horarios es el de verano, aunque este que hemos pasado de otoño también tiene sus inconvenientes: retrasar una hora el reloj hace que perdamos una hora de luz de un día para el otro. Según Marta Caldero, profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), a nivel psicológico es peor este cambio de hora de otoño, debido a que empeora el estado de ánimo.
La luz es una pieza clave para el correcto funcionamiento de nuestro reloj biológico. Cualquier alteración, como el cambio horario, el jetlag de un vuelo o los cambios de turnos en el trabajo, puede provocar que la producción de melatonina se reduzca y afecte a nuestras emociones. De hecho, según un estudio realizado por la Universidad de Aarhus (Dinamarca), el cambio de hora del otoño aumenta los diagnósticos de depresión en un 11%.
Sin embargo, no debemos ponernos en lo peor, ya que este trastorno solo afecta a ente un 1% y un 10% de la población. Para la mayor parte de las personas los coletazos del cambio de hora no suelen durar más de un día. La clave para llevar lo mejor posible el cambio de hora es conseguir que nuestro cuerpo no fabrique menos melatonina. Pare ello se recomienda:
- Realizar actividades al aire libre en las que podamos disfrutar de la luz natural
- Tomar un poco el sol
- Hacer deporte
- Dar un paseo con amigos o familia
- Evitar usar el móvil antes de dormir (esto es debido a que la luz azul que emite confundirá a nuestro cerebro, haciéndole producir el neurotransmisor en horas a las que no corresponde y por tanto nos constará más dormir)
